1. No horarios, no aulas de clase
La escuela de Steve Jobs es que no cuenta con aulas de clase ni horarios. Los colegios que han implementado este modelo ofrecen espacios abiertos para que los estudiantes puedan aprovechar su tiempo de estudio en los lugares que prefieran. Los horarios son flexibles y hechos a la medida de cada niño. Gracias al Tik Tik sCool Tool y el iDesk Learning Tracking los alumnos, entrenadores y padres pueden personalizar el horario y el cronograma de actividades diarias de cada estudiante y llevar un monitoreo en tiempo real sobre su desempeño.
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2. Foco en las habilidades personales
La escuela de Steve Jobs propone un modelo donde la prioridad es el desarrollo de las habilidades personales de los niños y no la enseñanza de un currículo hermético. Esto no significa que los niños se especialicen solo en una disciplina, sino que abordan cada temática desde sus destrezas.
Si bien existe un control semestral, cada niño va a su propio ritmo, tiene sus propias metas de trabajo y un seguimiento personalizado a través de la plataforma sCool Space, que permite coordinar encuentros entre entrenadores y alumnos a cualquier hora y desde cualquier lugar para resolver dudas.
Los profesores son redefinidos en este modelo como entrenadores que ayudan a impulsar los gustos, intereses y fortalezas de cada estudiante.
3. Autonomía, más no individualismo
Aunque el modelo propone que el estudiante fortalezca sus habilidades individuales, esto no debe confundirse con que la escuela fomente el individualismo. Al contrario. El modelo integra el trabajo colaborativo como una de sus prioridades: además de los encuentros con los entrenadores, los estudiantes tienen actividades en grupo, alrededor de diferentes disciplinas, de forma permanente.
Los profesores crean dinámicas en donde los niños trabajan en conjunto para resolver problemas o compartir información. Symbaloo es una herramienta digital para realizar investigaciones individuales o colectivas, en donde los niños pueden compartir links e intercambiar conocimiento, ideas y experiencias con compañeros de clase y con el mismo entrenador. La prioridad es construir juntos y no simplemente dividir el trabajo, como suele ocurrir bajo el modelo tradicional.
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4. Las TICs, más que libros digitales
Los dispositivos tecnológicos no solo son integrados para migrar a formatos digitales las lecturas o lecciones que suelen expresarse en papel. Los estudiantes de esta escuela están en permanente contacto con las TICs y con herramientas virtuales que ayudan a organizar y a mejorar su aprendizaje y que ofrecen posibilidades inexistentes en las dinámicas tradicionales.
El iPad, por ejemplo, no se utiliza para reemplazar el libro impreso, sino para explorar contenidos multimedia, interactivos, animados y lúdicos.
Igualmente, las habilidades y experiencias del alumno son evaluadas por la plataforma Digitalentos, a través de un cuestionario que permite evaluar la capacidad del alumno de manejar hardware y software
Sin duda alguna, en un futuro no muy lejano, las dinámicas de aprendizaje tradicionales deberán incorporar en sus programas el uso de las TICs y deberán entender que el estudiante de ahora puede decidir qué aprender y a qué ritmo. Esperemos que el modelo Steve Jobs School pueda ser acogido por diferentes países y así dar inicio a un nuevo camino para el aprendizaje y la educación del futuro.