Unschooling, ¿aprendemos o nos enseñan?

Por: Zayda C.
Fuente: Unschooling aprendo en libertad




En ocasiones me encuentro en conversaciones sobre las diferencias entre elUnschooling, Homeschooling, flexischooling, etc. Y de verdad que existe tan gran variedad de ver este “estilo de vida” que no terminamos con la lista. Y para todas esas pláticas al respecto decidí darle formalidad a mis argumentos y crear este escrito para compartir con ustedes lo que para nosotros es el Unschooling. Aclarando, como siempre, que esto que leerás es desde nuestra perspectiva familiar, nadie lo vive como lo hace otra familia porque depende de su realidad, de sus convicciones.

Nuestros días como unschoolers están llenos de VIDA, no consideramos que el Unschooling sea una forma de EDUCAR, por el contrario creemos firmemente que el concepto “educación” está mal comprendido por la mayoría de nosotros. He escuchado tantas veces que “a los niños se les educa, a los niños se les enseña”, sin embrago el concepto está muy alejado de esto, tenemos arraigada la idea de que “un sujeto (adulto, docente, etc.)” es el medio por el cual el niño obtendrá el conocimiento. Por ello, es que desde hace años he investigado al respecto, sobre el funcionamiento de nuestro cerebro y los procesos de aprendizaje desde la perspectiva de las neurociencias. Comparto contigo un poco de lo que he encontrado.

Aprendemos, no nos enseñan.
Nuestro cerebro tiene la capacidad de aprender, obtener conocimientos del ambiente y almacenarlos para ponerlos en práctica cuando sea necesario. La memoria, es nuestra capacidad de almacenar, retener y recordar información; es una función cerebral que resulta de las conexiones sinápticas entre las neuronas. Ahora bien, las neuronas son un tipo de células especializadas en la recepción de estímulos y conducción de impulsos nerviosos. Entonces, la sinápsis (enlace) es una unión intercelular y es en este proceso que nuestro cerebro almacena la información, los estímulos del ambiente, las experiencias y es así como APRENDEMOS. También es importante destacar que nuestro cerebro tiene la capacidad de modificar los conocimientos previos, de adaptarse. A esto llamamos “proceso de plasticidad”, en el cual se crea o refuerzan conexiones neuronales para modificar el aprendizaje. Este proceso dura TODA LA VIDA, sin embrago los neurocientíficos han comprobado que existen períodos más sensibles para la creación de sinápsis, obviamente durante la infancia.

Y en todo esto que describo, reflexionemos un poco, ¿dónde queda el papel del concepto educación que muchos tenemos en mente? ¿tenemos, los adultos, la capacidad de “enseñar”? ¿será que aprendemos o nos enseñan?. Según lo que esta descrito aquí, APRENDEMOS. El proceso requiere de estímulos externos, no de personas “recitando” lo que saben sobre determinado tema, no de personas creando ejercicios para aprender, si consideras un libro de ejercicios será simplemente para practicar lo aprendido y sin embargo, no hay mejor práctica que la vida misma. Oportunidades para poner en práctica nuestros conocimientos abundan, sólo hay que saber buscarlas e incluso a veces sin darnos cuenta allí están y nos topamos con ellas sin pensarlo ni planearlo.

Por ello, por todo lo anterior es que dedico mi vida a llevar esto a quienes me rodean, esto es lo verdaderamente importante, la INFANCIA es un período importantísimo, si les llenamos el día de “enseñanza” y les “educamos” no permitimos que esto que recién explico, se dé de manera natural, forzamos lo que debería darse de manera espontánea y sin presiones, sin expectativas irreales.

En el Unschooling (en nuestra familia) no “recreamos la escuela en casa”, no llevamos un currículo, para nada elegimos qué “deben” aprender nuestros hijos; les permitimos vivir bajo sus propios tiempos, les permitimos protagonizar su aprendizaje y obtener los conocimientos que para ellos son importantes, les acompañamos en todo proceso, les proveemos de todo recurso por ellos requerido.

Aprenden de la vida, nuestro estilo de vida promueve el aprendizaje natural y espontáneo a cada segundo. Creemos en ellos, confiamos en nuestros hijos, en que esta es la mejor manera de aprender, les observamos de cerca, no los perdemos de vista porque nos necesitan conscientes de sus intereses, de quienes son y quienes quieren ser, de lo que ven, lo que escuchan. Estamos siempre atentos incluso a nuestro comportamiento como padres, consideramos que ellos aprenden de nuestra vida, nuestro ejemplo, así es que cuidamos “el cómo” nos ven, lo que decimos, lo que hacemos. Promovemos con el ejemplo, no con palabras vacías.

Nuestros hijos son nuestro motor, sabemos que día a día aprenden sin parar, así es que nos movemos, viajamos, conocemos nuevas personas y espacios, nos relacionamos y experimentamos, tomamos riesgos. Les rodeamos de personas valiosas, incluso es necesario que nos observen no estar de acuerdo con otros adultos, que nos observen dialogar y en común acuerdo llegar a un punto medio entre nuestras ideas.

Cada día está plagado de un poco de todo, de todo lo que consideramos importante. Amamos a nuestros hijos y por ellos les alentamos a perseguir sus sueños, a aprender nuevas cosas, a investigar sobre lo que les provoca curiosidad y sobretodo a jugar y disfrutar su infancia en libertad, a hacer con su tiempo lo que crean mejor, sin limitarlos arbitrariamente, sin reglas absurdas. En orden, su orden no el nuestro. Su futuro, nuestro futuro es incierto, no sabemos que nos y les espera, por ello es inútil establecer “conocimientos necesarios” para un mañana que TODOS desconocemos.

Páginación

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