“La prostitución no es compatible con la igualdad de género”

Fuente: Donesenxarxa
Fecha de publicación: 18-06-2014


“La prostitución no es compatible con la igualdad de género”
Kajsa Ekis Ekman es una activista y escritora sueca, autora del libro "El ser y la mercadería. Prostitución, maternidad, subrogada i disociación de si". Y la conclusión es que Suecia constituye el modelo a seguir en materia de derechos de las mujeres específicamente y derechos sociales, generalmente. Invitada a Barcelona por la plataforma Dret a no ser prostituïdes, impartió diferentes charlas, como la de la Universidad de Barcelona bajo el título "La prostitución contra la libertad sexual".




La prostitución en Suecia no sólo no está tolerada, sino que el gran éxito es la concepción social de los hombres que compran sexo (compran vidas), “se considera algo patético, propio de quien no puede obtener sexo de otra manera”, y este es sin duda el gran éxito, el del desprestigio social de la compra de sexo. Un camino que empezaron a caminar hace unos quince años, en una situación muy distinta a la que tenemos en este país, en el que la lucha contra la prostitución es una lucha contra las mafias organizadas, lejos de las 5.000 prostitutas que hay en Suecia y muy lejos de la diversión sexual y de entre las 300.000 y 400.000 que hay en este país (90% víctimas de la trata).
La abolición de la prostitución no era el objetivo específico, “Nunca pensamos en la finalidad de abolir la prostitución, sino en combatir las desigualdades de género”, especifica Kajsa Ekis Ekman, así surgió la “Ley de la paz de las mujeres” (1999), porque la prostitución es incompatible con un Estado democrático”

La ley sueca contra la prostitución dice textualmente que “el que en base a una remuneración se procure una relación sexual ocasional, será condenado –si el acto no estuviera penado con castigo por el código penal- la multa por prisión de seis meses como máximo, por la compra de servicios sexuales”. Al mismo tiempo, el Gobierno sueco considera que no es razonable criminalizar a la persona prostituida, la parte más débil y explotada.
En el caso de Suecia, la ley sobre la prostitución sienta también otro precedente: “Cuando las mujeres se lanzan a la política pasa algo altamente interesante; lo que se ha considerado ‘obvio’, por ejemplo la prostitución, de repente se cuestiona”. Algo que, por desgracia, no está sucediendo en España.
Lejos de las circunstancias de un país en el que el turismo es una de las principales industrias y el de las ferias de congresos, es sin duda un terreno abonado para una permisividad excesiva del comercio de mujeres.

Una situación de explotación equivalente al de la esclavitud, así en este sentido, la psicóloga Consuelo Barea apunta “España fue el último país europeo en abolir la esclavitud”.
Porque la prostitución no trata de sexualidad, sino de desigualdad de las relaciones de género en toda la sociedad. Las prostitutas usan otro nombre, otro ropaje, limitan el tiempo, partes del cuerpo (labios o brazos) evitan los clientes que les caen bien. No quieren acercarse a la prostitución.

El cambio social es vital, para Kajsa Ekis Ekman, el cliente no se percibe a sí mismo como un delincuente, y no quiere serlo. Tiene una visión de las mujeres estereotipada o madre, o puta. El 87% no compra sexo si está penado. El país nórdico contempla penas de cárcel para los reincidentes en la compra de sexo. Una ley cuyas consecuencias no pueden ser más positivas: “gracias a esta iniciativa hemos localizado a maltratadores, torturadores, pederastas. Desde que tenemos esta ley, ninguna mujer ha muerto a manos de proxenetas. Ha disminuido el número de hombres que compran sexo, hemos pasado de 1/8 a 1/13 y la prostitución en la calle ha disminuido un 50%.”
Allá donde se legaliza la trata, crece la trata ilegal al lado. Estamos como hace 100 años, la prostitución atrae la trata.

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