Crecen las escuelas alternativas ante un sistema ´que no sirve´

Por: Mar Ferragut. Palma
Fuente: Diario de Mallorca
Fecha de publciación: 24-05-2014

Los defensores de estas experiencias piden autonomía y confianza a la Administración

El tema despertó mucho interés y congregó a un nutrido público.
El tema despertó mucho interés y congregó a un nutrido público.
"La educación ha de servir para formar a personas libres capaces de pensar por sí mismas". Tan sencillo y complejo a la vez. "Y cada surgen más experiencias micro para hacer frente a un sistema educativo que no sirve para lo que debería". La primera frase la pronunció Kant en el siglo XXIII. La segunda, la dijo ayer Joan Domènech, director del colegio catalán Fructuós Gelabert, autor del libro La educación lenta y uno de los participantes en la mesa redonda sobre educación integral, holística y ecológica que tuvo lugar en el club de opinión de este diario.
El acto fue organizado por la ecoescuela Ses Marjades, un ejemplo de esas "experiencias micro" surgidas en los últimos tiempos, y moderado por Lara Cifre, cofundadora de Permacultura Mediterránea y Transitioneers.
Domènech afirmó que es creciente la necesidad de un cambio en la educación y el abarrotado auditorio corroboró que el tema interesa. El catalán describió las dos amenazas que sufre la escuela: que sea vista como una empresa –"cuando educar no es un proceso empresarial sino orgánico–; y que su finalidad sea la mera instrucción y no la educación. Frente a esto, defendió unos proyectos de escuela que tengan clara su finalidad. En el caso de su escuela, señaló los tres pilares en los que han fundamentado su proyecto: aprendizaje, trabajo en equipo y compromiso del profesorado e implicación de las familias. El educador señaló que es importante que estas iniciativas "resulten creíbles" y sean tomadas en cuenta.
El interés por estas experiencias crece, pero sus raíces no son precisamente nuevas. Miquel Oliver, director del Institut de Ciències de l´Educació y profesor de la UIB, explicó la evolución de la escuela ecológica, que dividió en cuatro etapas. Los antecedentes los ubicó entre 1848 y 1876 cuando se empezó a enseñar agricultura en las escuelas. A partir de 1876 señaló que se pusieron las bases de la renovación pedagógica, con creación del Instituto Libre de Enseñanza, del que fue alumno Guillem Cifre de Colonya, que abrió uno en Pollença. Entre 1979 y 2004 tuvo lugar la renovación y se generalizó la innovación que supusieron en su momento los huertos escolares y los centros ecoambientales. En los últimos diez años indicó que se ha producido "el cambio", con la multiplicación de centros con una educación alternativa y la consolidación de la oferta formativa, con cursos de pedagogía holística, permacultura...
Oliver destacó que todas estas innovaciones y avances han surgido siempre de la sociedad civil. "¿Qué debe hacer la Administración?", planteó para en seguida contestar: "Dar cancha a los centros y dejar que los profesionales sean profesionales, dándoles apoyo, formación, autonomía y confianza".
Carlos González, licenciado en Físicas, divulgador de los nuevos paradigmas y formador de educadores, señaló la necesidad que todas estas iniciativas coincidan en qué consideran "la esencia de la educación, que en definitiva es la esencia de la vida". González concluyó que esa esencia es "enseñar a celebrar el encuentro con uno mismo y con los demás" y que de esa raíz nace todo.
Consideró que una vez superada la fase de la alfabetización universal, de la "instrucción", ahora toca la fase del autoconocimiento. Recordó que la educación es la "artífice" del cambio, no la Administración, y concluyó que "es imposible que una ley solucione el problema". El cambio "se hace escuela a escuela, profesor a profesor".

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